Todos los pueblos tienen su fiesta principal. Nosotros tenemos San Gil (bendito).
Sería imposible recoger en esta entrada todos los acontecimientos ocurridos por tan grandes fechas, que giran en torno al 1 de septiembre. Como resumen expongo el Pregón de Fiestas que tuve el honor de protagonizar el 31 de agosto de 2016:
PREGÓN DE LAS FIESTAS DE SAN GIL 2016
(..)
Lo primero que debo decir es agradecer a la Comisión de fiestas el haberme elegido para hacer el pregón, espero estar a la altura de las circunstancias. Es un honor.
De las fiestas mis recuerdos son antiguos: verbenas de ramas de chopo, el bar del tío Isaías, el de la Perla; los majos, que comprábamos en Cuenca lo que no se había vendido antes, las vaquillas en la era del tío Fidel con los carros, la suelta en las calles con la soga, y luego a la sartén; los Robles y los Casman, hasta el mítico Vitoriano y su muchacho.
Todo gratis, que si cobramos a los de Carboneras, que si no...
Seguían las vacas gordas, con los Wacual, los Bazter, los novillos en la plaza de toros, las comisiones en las que alguna me tocó sufrir.
Después las vacas flacas, el pagar las fiestas, que parecía que no iba a pagar nadie...
Debo incluir aquí un hecho trascendental, el nacimiento de la Tribu Tumba Tercios, hace ya más de 20 años, con su bandera, con su garrafa...
Y todas las peñas que siguieron, desde los saquetes hasta el sostén, y las numerosas peñas de niños, especialmente la del Horno, a la que le salieron los dientes, los pelos en las piernas, los colmillos y hasta las calvas y las canas.
Algunas de ellas han llevado dibujos míos en las camisetas.
Las peñas le dan a estas fiestas un aire diferente, de unión, de amistad, de alegría.
Y llegamos hasta las fiestas de ahora, las contemporáneas, desde hace algunos años, donde se paga, se tienen peñas, se tienen grandes orquestas, se come y se bebe, y se vuelven a tener vaquillas que llenan el pueblo como nunca. Hemos tenido magos, charangas, estriptis, y ¿gracias a qué?
Pues gracias a que existen grupos de personas que están dispuestas a trabajar para todos los demás, para Pajarón y para los pajaroneros, para los visitantes, para los niños y mayores, ¡¡¡un aplauso a la Comisión!!!
Aparte del aplauso, ¿Cómo podemos aportar nuestro garito de arena? como se viene haciendo hasta ahora, ayudando en la medida de nuestras posibilidades, participando, disfrutando, porque el que organiza una actividad, le gusta que se disfrute y participe, y os pocos que no podamos hacer nada, al menos, no estorbemos.
Tengo que hacer una pequeña mención a nuestra Semana Cultural. Este año se cumplen 10 años de aquella boda, y se han hecho batallas, teatro con titiriteros, inquisidores, oficios antiguos, trillas, desfiles de moda, exposiciones, y cómo no, esas gloriosas comidas, y lo que queda.
En los últimos años la comisión se une también a sus actividades, y contribuye a lo que todos queremos, fiesta, alegría, y hacer que en las dos últimas semanas de agosto, Pajarón esté vivo, muy vivo.
Porque el resto del año está... más tranquilo.
¿Cómo es nuestro pueblo?
Normal, humilde, con su castillo y sus edificios en ruinas, sus secarrales y sus pinares. hay que embellecerlo como se pueda, tenerlo limpio, sus macetas, sus pinturas, etc.
Pero sobre todo, Pajarón será como sean los pajaroneros, los de aquí y los de fuera, que también son pajaroneros.
Esto es lo que más me enorgullece personalmente, y lo digo así de claro, su gente, nosotros.
Claro que hay algún lío, que si esto, que si lo otro, que si un palmo más o menos, que si quítate tú que me pongo yo, que no me hablo, que si juicios, que si el ayuntamiento tiene la culpa, chismorreos, etc. Como en todos los sitios.
Es una lástima, porque ya los accidentes, las enfermedades, y la vejez, nos da demasiados disgustos como para andar buscándolos, pero somos humanos, al fin y al cabo.
Pero, vuelvo a repetir, me siento orgulloso.
Orgullo cuando se ve la armonía con que celebramos las fiestas, como la comida de la cultural, ejemplo de que se puede hacer mucho con un poco de esfuerzo de todos. Otro ejemplo, el año de los titiriteros, una persona mayor me dijo emocionada: "nunca me lo había pasado tan bien". Evidentemente exageraba, pero la cara de satisfacción con la que me lo dijo, me produjo orgullo.
Orgullo por ser un pueblo abierto, donde todo el que venga, si tiene buena voluntad, se siente uno más, porque todos son bien recibidos, cuantos más mejor, y que vuelvan.
Orgullo cuando salimos fuera, y nos tratan como si fuéramos de ellos. Porque saben que si eres de Pajarón eres buena gente. No somos más que nadie, pero tampoco nos tenemos que sentir inferiores. Y así tenemos que seguir y así tenemos que enseñárselo a nuestros jóvenes, con humildad y alegría.
Orgullo por los que nos han precedido, y que han trabajado como burros por subsistir, y que gracias a sus lágrimas y sudores podemos disfrutar ahora.
Orgullo por nuestra cantera de niños, que cada vez son más, y que participan de las actividades con entusiasmo.
Me estoy viniendo arriba, así que deseo acabar con un ¡VIVA PAJARÓN!, ¡VIVAN LOS PAJARONEROS!
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