gentes de Pajarón

Una visión particular de la vida de una buena gente, serrana y conquense, para guardar en nuestra memoria y no perderse en la oscuridad del tiempo.



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SENDERISMO EN PAJARÓN

UN PASEO POR PAJARÓN

Vamos a realizar un recorrido incluido en el Sendero PR CU-81, llamado "de San Gil", que transcurre por el término de Pajarón, y forma parte de la red existente en la Mancomunidad de la Vega del Guadazaón. Tiene una duración aproximada de dos horas y no es exigente, perfecto para entrar en armonía con la naturaleza, y conocer la belleza de los parajes naturales.

FICHA TÉCNICA DEL SENDERO, CONSULTABLE EN INTERNET:

CARTEL INDICADOR EN LA ENTRADA DEL PUEBLO:


Salimos desde el pueblo una soleada y fría mañana de diciembre, siguiendo las señales del sendero, en colores blanco y amarillo. Están situadas en postes, pinos, piedras o losas. No hay que despistarse.


Bajamos bordeando el cerrito San Juan, utilizando el camino rural, y manteniendo a la izquierda unos sembrados, y llegamos a la fuente de "los ojos", donde podemos observar el hielo formado en la noche, y además, una escultura "figurativa".


Seguimos el camino marcado por las señales PR-81, adentrándonos ya en terreno de pinos, encontrándonos con un verde "sestero" del ganado ovino, abundante por estos lares.


El aroma a tomillo, espliego, enebros, sabinas, endrinos, morqueras y romeros, nos acompañará todo el trayecto.
Llegamos al poste indicador, en el paraje de "la Puente", en el que la combinación de la roca, los pinos y chopos pelados, junto con el riachuelo helado, origina un paisaje de singular belleza.


El recorrido de la rambla, con el desvío del camino hacia Pajaroncillo, nos sorprende con pinos torcidos, y los cuatrillizos, en los que hay tierra removida por jabalíes.


Tras una pequeña cuesta, llegamos a la ermita de San Gil, que da nombre al paraje, que a su vez da nombre al sendero. Esta ermita se reduce a un montón de piedras que sugieren una planta rectangular, con un frustrado intento de restauración, en los que fijaron los cimientos.
Disponemos de unos merecidos minutos de descanso, sentados en "el asiento del peregrino". Desde allí divisamos un nuevo poste, en el que se indica el camino, que sigue hacia Carboneras.


Abandonamos nuestro PR-81, para volver a Pajarón, siguiendo en linea más o menos recta, la orientación noroeste, indicado por el musgo de piedras y troncos. Es un trayecto exigente por sus cuestas y su tupida vegetación. El cansancio empieza a manifestarse.

Por fin, arriba, hay que disfrutar otra vez del paisaje, y dejando por el momento el pinar, llegamos al paraje "el carrascal", por sus numerosas carrascas, de las que se saca la mejor leña para asar en las brasas. Bordeamos el sembrado y por un suelo pedregoso, volvemos a los pinos, y por fin, divisamos desde lo alto, allá, a lo lejos, el pueblo.


Descendemos con gran cuidado la empinada cuesta y regresamos al punto de partida, cansados, pero contentos, buscando un reparador tercio en el bar que calme la sed acumulada, tras aproximadamente dos horas y media de camino, en las que nos hemos fundido en plena naturaleza, embriagándonos con el aroma de las plantas y bronceándonos con el generoso sol que este frío día nos ha regalado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiero dar las gracias a los que me acompañaron al paseo, Merce, Ana y Maxi. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Estupendo el blog. De nuevo, me he sentido trasportada a San Gil. Repetiremos más aventuras... Besos a todos. ¡¡¡Aupa, Pajarón!!

Anónimo dijo...

Gracias Fernando por volcarte tanto por el pueblo tenias que ser el alcalde.